Antiguamente fabrica de mazapanes y vivienda privada, el edificio fue donado de forma altruista por “la Logroñesa” para su rehabilitación y modificación de uso al de vivienda, y después de 2 años de intensos trabajos gracias al apoyo de muchos voluntarios en el año 1996 se abrió la Casa de Familia Senda.
Ubicada en el centro de Montoro en Cordoba, la antigua fabrica saca a relucir su historia a través de sus espacios y de los varios utensilios, hoy en día decorativos, que se han conservado en toda la casa junto a una pequeña sala de exposición. La vivienda cuenta con una superficie de 243 metros cuadrados repartidos en 4 plantas con un amplio y luminoso patio cubierto donde los niños disfrutan de:
- una sala de estar, una sala de estudio, un comedor y una sala de informática en planta baja
- una cocina, un comedor, una sala-museo, dos cuartos de baño, dos aseos en la planta intermedia
- cuatro dormitorios niños/niñas en la planta segunda
- un espacio polivalente para taller de usos múltiples en planta tercera
- y finalmente en la última planta, un lavadero-tendedero, unos espacios destinados a guardar diferentes utensilios y una sala de juegos con mesa de ping-pong, con unas vistas a todas las cubiertas tejadas del casco antiguo del tranquilo pueblo de Montoro.

El convenio entre la Junta de Andalucia y Fundación Senda se firmó en presencia de los siguientes asistentes (de izquierda a derecha):
- Don Bernardo Soldado Arco, coordinador del proyecto Educativo de Fundación Senda
- Don Antonio Cañas, alcade de Montoro
- Don Manuel Sanchez, delegado de Asuntos Sociales
- Doña Ana Varo Urbano, presidenta de Fundación Senda
- Don Miguel Gueto, jefe de servicio de Asuntos Sociales
- Don Fernando Calderón, asesor de Fundaciones de la Delegación de Asuntos Sociales
- Doña Pilar y Doña Maritina Torre González, propietarias de la vivienda.

La Logroñesa cuenta la historia de
la Casa de Familia Senda
Corría el año 1950 cuando un Riojano, Vicente Torre Campo (funcionario de hacienda, entonces), casado con una Montoreña Pepita González Román y con cuatro hijos (Maritina y Mariany nacidas en Córdoba y Pilar y Manuel nacidos en Montoro) afincados en Montoro, decidieron traer de Soto de Cameros, de donde era oriundo Vicente y quizás por añoranza de su tierra, unos mazapanes que allí hacían familiarmente como dulces típicos para Navidad.
Fue tan buena la acogida que los amigos hicieron del mazapán, que es en 1953, cuando ese Riojano emprendedor, decidió fabricar por su cuenta estos mazapanes en Montoro con la ayuda estimada de un sobrino de su tierra, experto en este arte. Para ello compró y reformó una casa en la calle Córdoba nº 27, hoy Antonio Enríquez Gómez nº 31, montando un horno y un obrador iniciando así la fabricación del mazapán, siendo esta casa, a la vez, fábrica y vivienda familiar. Se pensó en una marca para su comercialización llamándose “Mazapanes de Montoro La Logroñesa”.

En el año 1968, y debido a quedarse pequeña aquella fábrica, decidió trasladarla a otro lugar del pueblo con más posibilidades de ampliación. Instalados en las afueras de Montoro en la calle Realejo nº 7, dónde se encuentra en la actualidad, se hizo cargo de la fabricación su hijo Manuel quien continua con dicha empresa siendo accionistas sus hermanas Maritina, Mariany y Pilar. Sus padres antes de su fallecimiento constituyeron la sociedad Torregonza S.A.
Fue en el año 1994 cuando Maritina, siguiendo el deseo de su madre de donar la casa a un fin social, se puso en contacto con su hermana Mariany en Venezuela (esta llevaba una escuela con niños en una zona marginal) y de acuerdo los cuatro hermanos buscaron la forma de encauzar esa inquietud. Mariany amiga de Ana Varo, sabiendo que ésta buscaba una casa para atender a niños en situación de riesgo social y familiar, se puso en contacto con ella y donaron la casa para este fin. Unidos en esta labor humanitaria nació Senda, Fundación Socio Educativa para Niños en Desamparo y Abandono.

Los hermanos Torre González son miembros de honor de la Fundación.